El Signo Lingüístico, fundamental en la teoría semiótica y en la lingüística estructuralista
El concepto del "signo lingüístico" es fundamental en la teoría semiótica y en la lingüística estructuralista. Este concepto fue desarrollado principalmente por Ferdinand de Saussure, un lingüista suizo del siglo XIX.
Un signo lingüístico consta de dos componentes interrelacionados:
Significante (S): Es la parte material o perceptible del signo, como las palabras habladas o escritas, gestos, señales, etc. Es la forma física del signo.
Significado (S'): Es la representación mental o conceptual asociada al signo. Es el concepto o la idea que evoca en la mente del hablante o del oyente.
La relación entre el significante y el significado es arbitraria, lo que significa que no hay una conexión intrínseca entre la forma y el significado de una palabra. Por ejemplo, no hay ninguna razón intrínseca por la cual el sonido "dog" (perro en inglés) esté asociado con el concepto de un animal de cuatro patas. Esta asociación es producto de un acuerdo social y lingüístico.
Además, Saussure introdujo el concepto de "diferencia" para explicar cómo los signos se distinguen entre sí. La identidad de un signo está determinada por su diferencia con otros signos en el sistema lingüístico. Por ejemplo, la palabra "cat" (gato en inglés) se distingue de "bat" (murciélago en inglés) por la diferencia en la posición de las letras.
Es importante tener en cuenta que este enfoque semiótico se centra en la estructura y el sistema del lenguaje más que en su uso real en la comunicación. La teoría del signo lingüístico de Saussure ha influido en gran medida en la lingüística estructuralista y ha tenido un impacto duradero en los estudios lingüísticos y semióticos.
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